martes, 11 de diciembre de 2007

PTS, una farsa

Una vez más, el PTS ha demostrado ser una banda de intrigantes.

Para “no avalar” el congreso de la CTA de Neuquén se propuso armar un escándalo en la puerta y no acreditar a sus congresales. O sea no dar ninguna lucha política.

Finalmente “no avalaron” acreditando a una congresal. Dicen que ella se retiró, luego de la primera votación (de la memoria y balance y el funcionamiento del congreso). Pero nunca lo manifestaron en el propio Congreso. Luego, participaron en las comisiones pero “no avalaron” porque se presentaron como “oyentes”.

Lo curioso fue que en el plenario de cierre ¡volvieron! (siempre para “no avalar”) votando selectivamente los despachos finales.

Se quedaron sólo para intervenir contra nuestros congresales cuando estábamos haciendo la defensa de cinco minutos de intervención de nuestro despacho por minoría que la burocracia pretendía pulverizar.

Interrumpieron inventando que habíamos votado por la “redistribución de la riqueza”, luego de que detallamos en el plenario uno a uno los puntos reinvindicativos para que los ratifique la propia mesa y evitar cualquier maniobra.

Cuando los congresales de Tribuna Docente Lista Marrón nos retiramos, luego de dar una enorme batalla, ellos se quedaron hasta el final (otra vez, para 'no avalar').

Evidentemente, el PTS tiene muchas formas de “no avalar”. “No avalaron” acreditando un congresal; después “no avalaron” participando en las comisiones; más tarde “no avalaron” votando en el plenario de cierre y, finalmente, “no avalaron” quedándose con la burocracia cuando nos retiramos luego que defendimos, nosotros solos, el despacho que planteaba el congreso de delegados de base y el plan de lucha. Eso sí, para “no avalar” se unieron a la burocracia para atacar a quienes fuimos a defender un programa de independencia política de los trabajadores.

Mentiras e intrigas que reflejan la impotencia.

Patricia Jure

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