viernes, 14 de diciembre de 2007

Bochorno tras bochorno

Tras el bochornoso congreso de la CTA y la política de sus dirigentes (ver PO anterior), la plana mayor de los sindicatos ATE y ATEN acaban de corroborar que el vaciamiento de la central "alternativa" no sólo es organizativo, sino fundamentalmente político (no podía ser de otra manera).
Resulta que el gobernador Sapag el día de la asunción planteó que era injusto que el sueldo de los funcionarios estuviera congelado desde hace varios años en ....$ 5.000, y que debía llevarse los mismos a $ 8.000 por mes.
Todo el periodismo que pone el grito en el cielo cuando los trabajadores conquistamos $ 80 por mes tras huelgas como la de ATEN (de cuarenta días y con el fusilamiento de un compañero), le pusieron el grabador a los dirigentes de ATE y ATEN para recabar su opinión.
Lo que dijeron los retrata de cuerpo entero: "No podemos oponernos a una readecuación luego de 10 años. Sin embargo deberíamos estar discutiendo lo mismo para todo el Estado" dijo Marcelo Guagliardo, secretario general de ATEN (Río Negro, 13/12/07). Este "deberíamos" para los trabajadores, ante el aumento concreto de $ 5.000 a $ 8.000 de los funcionarios, es una caradurez.
Por su parte el secretario general de ATE dijo "los funcionarios deben ganar bien, yo estoy de acuerdo" (ídem).
Un aliado de la CTA, el diputado Canini del UNE fué más claro: "no es posible que un director con 20 años de antigüedad en el interior cobre lo mismo que el gobernador" (ídem).
Ante un presupuesto para el 2.008 que no contempla ni un peso para mayores salarios, estos dirigentes sindicales cuyos trabajadores de base iniciales ganan $ 1.240 de bolsillo y llegan a los $ 1.800 tras 15 años de trabajo, ponen un puente de oro para que Sapag lleve a los funcionarios de menor rango a $ 8.000 por mes. Los jueces llegan ya a los $ 18.000 por mes.
Estos dirigentes sindicales están hasta el caracú en la estrategia del congelamiento salarial de Cristina, Yasky y Moyano.
Hay que recuperar los sindicatos de manos de estos dirigentes de la miseria salarial.

Norberto Calducci

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