miércoles, 5 de diciembre de 2007

La Casa de Gobierno no cambia de dueño


A 8 meses del asesinato de Carlos Fuentealba

El 10 de diciembre asumen los que sostuvieron a Sobisch.

Los ocho meses del fusilamiento de Carlos encuentra al gobierno de Sobisch en plena retirada.

Sobisch carga sobre sus espaldas no sólo la responsabilidad política del asesinato de Fuentealba y de la represión de Arroyito, también una gran derrota política en las elecciones de octubre.

Termina su mandato aislado políticamente y con una situación provincial de graves penurias para la población: pueblos enteros sin agua, hospitales en crisis, masivo déficit habitacional, etc.

En definitiva, la gran huelga de los trabajadores de la educación de marzo / abril –y la vasta movilización popular que la acompañó- sacaron a la superficie la bancarrota del régimen sobischista y la miseria social y salarial acumulada.

Sin embargo, Sobisch no hubiera podido llegar hasta aquí si no hubiera contado con el apoyo incondicional de los Jorge Sapag, los Quiroga y los Kirchner.

Ellos lo salvaron de caer en abril y pusieron todo su empeño en canalizar la crisis política, en evitar que el gobierno cayera como resultado directo de la movilización popular, y en ordenar un recambio por la vía "institucional".

En la misma sintonía, la justicia neuquina no vacila en cometer todo tipo de tropelías para evitar que el gobernador sea imputado y vaya a juicio.

Quienes se aprestan a asumir el próximo 10 de diciembre son los mismos que sostuvieron al fusilador y quienes garantizarán la impunidad del aparato represivo de aquí en más.

Necesitan a los Poblete y compañía como salvaguarda del “Pacto Social” impulsado por el gobierno nacional junto a la burocracia sindical y las patronales contra las demandas salariales, sociales y sindicales de la clase obrera.

Necesitan a los Poblete contra las movilizaciones que se extienden en el estado, en las fábricas, en la lucha por la vivienda.

La burocracia sindical –la de la CGT y la de la CTA- se empeñan en aislar y compartimentar todas estas manifestaciones de lucha. Es el tributo que rinden a un gobierno (el de Kirchner y su esposa) que les ha tributado un reforzamiento de todos sus privilegios de casta.

¿No es eso lo que hizo Ctera cuando aisló las grandes huelgas y luchas provinciales –las de Neuquen, Santa Cruz, Salta- en defensa del miserable “pacto salarial” de $1040 de Filmus y Yasky?

El reclamo de justicia por Carlos es inseparable de la lucha por las reivindicaciones de la clase trabajadora y de su victoria.

No al "pacto social" de la CTA y CGT con los gobiernos y empresarios.

Doble aguinaldo de emergencia para enfrentar la carestía. Actualización de salarios por costo de vida. Salario igual a la canasta familiar.

Congreso de delegados de base. No a las reuniones secretas con Sapag. Ningún pacto con el nuevo gobierno.

Juicio y castigo a todos los responsables del fusilamiento de Carlos Fuentealba. Cárcel común para Sobisch.

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